Sin duda, una de las figuras más respetadas tanto en la ilustración como en el cómic español. En los años setenta se significó con Peter Petrake y Los doce trabajos de Hércules en la emblemática revista Trinca. En los años ochenta se convirtió en un referente dentro de la ilustración infantil pero también fue uno de los grafistas más relevantes de la década, cuyo trazo llegó a carteles de jazz, conciertos, ballet, donde conjugaba su estilo, elegante y moderno a la par. De esta época de los años ochenta data La Pista Atlántica y El Proyecto Cíclope.
En los noventa colaboraría en la revista Rumbo Sur y en el cincuentenario del descubrimiento de América. Recibió en 1998 por El Pie Frito el Premio a la mejor obra del Saló del Còmic de Barcelona. Objeto de varias exposiciones monográficas y colectivas, reemprende su trayectoria en el cómic en la revista Xiulit, en 2016, sin abandonar nunca la ilustración.
Ha recibido cuantiosos galardones, entre ellos Lazarillo de ilustración (1974), Premio Nacional de Ilustración (1989 y 1992) y el Premio Nacional de Ilustración a la labor de toda una vida en 2009.
«La Pista Atlántica constató espléndida la incesante evolución del arte narrativo de Miguel
Calatayud, por más que durante años lo hubiese mantenido oculto,
y la imbatible modernidad de unas páginas que como sin querer volvían,
y vuelven hoy transcurrido el tiempo, a poner en solfa
muchos de los planteamientos tenidos por vanguardistas»
Pedro Porcel